Un pájaro carpintero, mi deseo de los pies en el agua y la dulce Cony haciendo mandalas.

Acepto el desafío de viajar desde el departamento que alquilo en Buenos aires. Hoy es sábado y tengo ganas de tener los pies en agua cristalina, respirar aire puro y embarrarme las patas con gente querida.

Acepto el desafío de viajar desde el departamento que alquilo en Buenos aires. Hoy es sábado y tengo ganas de tener los pies en agua cristalina, respirar aire puro y embarrarme las patas con gente querida.

Mamá sostiene que mi amor por la naturaleza es genética pura, consecuencia de sus expediciones solidarias en Ríos de Argentina y obviamente acompañada del amor de mi papá por su actividad como piloto donde conoció miles de paisajes verdes y cristalinos. En mi última consulta astrológica, la brillante Gaby, me contó que los ascendentes en piscis vamos a tender a amar con locura el aire libre y el agua, que somos fanáticos de los espacios que parecen ilimitados, como el océano. Mi sol sagitariano y mi luna en acuario son grandes compañeros de esta misión, fieles a la aventura y desprendimiento. Mi analista nunca me dijo lo que cree, pero en las sesiones que he tenido descubro que amo con locura el aire libre como consecuencia de mi infancia, donde todos los fines de semana nos escapabamos a San Andrés de Giles donde mi padre volaba planeador y creo firmemente que deseo y habito los territorios rurales como consecuencia de todas estas experiencias, haciendo foco en mi infancia, nuevamente, donde me recuerdo tirada en el pasto o atravesando algún bosque de la mano de mi papá.

Hoy como les contaba, me gustaría tener muchos años menos, y viajar en el tiempo y el espacio. Mi destino: Riñinahue, Lago Ranco, Chile.

Me informo antes de arrancar, wikipedia me cuenta que Riñinahue recibe su nombre de un término en mapudungún, idioma del pueblo mapuche. Fundado originalmente en lo que hoy se conoce como Epulafquen o Playa Riñinahue, fue un puerto de vapores que debió su existencia al auge maderero y a las necesidades de los colonos que avanzaban hacia la zona cordillerana. Busco cuáles son las principales atracciones recomendadas y me invitan a  Ránquil, Epulafquen y Arenal donde se pueden realizar excursiones a la laguna Pichi, a la cumbre del Volcán Carrán y a los Saltos del Riñinahue y Nilahue. Entonces abro google maps, arranco por la laguna Pichi y ubico mis manos como si fueran mis pies en el street view. De estreet no tiene nada, pienso y me río. Luego de desplazarme 360º, elijo un muelle de madera noble y clarita y me siento a mirar el agua, actriz protagonista de un anfiteatro griego hecho de montañas, que parece un espejo. Un arcoíris se asoma al costado, me pregunto si es que llovió hace un rato o si quizás fue la humedad del bosque lo que lo haya provocado. Desde donde estoy sentada escucho el sonido del agua y veo a sus coprotagonistas, los peces, mientras mojo mis pies. Investigo un poco en la web oficial de Turismo de Lago Ranco y leo que los peces autóctonos más abundantes son: puye, carmetita, trucha o percatrucha peladilla, pejerrey del río, y entre las especies introducidas se encuentran la trucha arcoiris, trucha del arroyo, trucha café y trucha europea. Cierro los ojos, afino el oído imaginando y esperando a las coristas: Las aves. Privilegiadas, capaces de tener distintas vistas de ese enorme paisaje componen un sonido bellísimo. Curiosa, vuelvo al mismo sitio y encuentro que de las especies más comunes se destaca el Chucao, el Hued – hued, la Torcaza, el Choroy, el Carpintero Grande y la Perdiz del sur. 

Ahora escucho un carpintero, y de nuevo viajo a la base de mi infancia, esta vez en Giles. Seguro que es otra variante de carpintero, pero el sonido es el mismo y la sensación de calma también. Me voy unos meses atrás y me recuerdo recolectando moras para teñir natural mientras un pajarito golpeaba sin cesar con su pico un árbol vecino. Y ahí pienso en Cony, artesana creadora de mandalas. Las chicas me contaron de Cony, y su historia me maravilló. Ella es trabajadora social, pertenece a Valdivia, capital de la región y llegó al territorio de Riñinahue porque fue a trabajar como voluntaria en Servicio País, una organización gubernamental la cual existe en zonas rurales para prestar ayuda a las comunidades para que tengan acceso a fondos, acercar herramientas y materiales necesarios para ellos. Como contaba, ahora vive ahí pues apenas llegó se enamoró del lugar. ¿Ella escuchará cuando trabaja al mismo pájaro? Recuerdo su historia y me conmueve. En su lucha feminista se ha encargado de ayudar a las mujeres de ese territorio. Creo que lo que más me conmueve es que sea joven y elija vivir en un espacio rural, reafirmando sus ideales, abriendo redes hacia otras mujeres y celebrando su cultura de artesana local haciendo mandalas, lo que para ella fue un espacio curativo inmenso. Audaz por permanecer en el territorio exigiendo que se ayorne desde acompañamientos feministas y haciendo lugar para su arte.  Valiente porque habita un espacio de mucha necesidad colaborativa y eso no solo no la asusta sino que sigue apostando y apoyando aunque en el camino se encuentre con propuestas colaborativas enmascaradas, abusivas y poco honestas su deseo de acompañar, integrar y potenciar mujeres no decae. Tejiendo mujeres. Y me dan ganas de conocerla y charlar y contarle mi historia, de cómo comenzamos a teñir con una amiga como espacio de refugio y salida en medio de una situación complicada. Y ahora de nuevo, pienso en la red y en el hermoso pájaro carpintero que poco sabe  sobre el viaje en el tiempo que sponsoreo. Pienso que muchas veces sentimos que estamos solas, pero quizás del otro lado de la cordillera el mismo pajarito musicaliza paisajes y problemáticas parecidas. Y qué más lindo entonces que abrir las redes, salir de viaje presencial o virtual, conocerse y compartir experiencia.

El check out apresura el tiempo del viaje. La caída del sol tiñe el agua de un naranja furioso y siento mis ojos mojados. Saco los pies del agua, agarro mis ojotas, me adentro al bosque sin antes mirar atrás y despedirme del hermoso viaje a la distancia por el río y la hermosa historia de Cony. Cierro los ojos, sonrío y ya de nuevo en mi departamento planifico mi nuevo destino.

viaje virtual a riñinahue
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